Saturday, July 4, 2020

MADAGASCAR 2016 June

Cada vez me gusta más el África negra, lo cual es una excelente noticia: me queda mucho por conocer y he de decir que aunque creía bastante insuperables las experiencias de Seychelles (a otro nivel), de Mozambique y, sobre todo, de Camerún, Madagascar ("Mada") ha superado las expectativas más altas y confirma un tipo de viaje que me sigue apasionando.

Ha sido además mi viaje más solidario, con 24 kg. netos de ropa, juguetes y material escolar, que he distribuido como siempre de forma directa en muchos puntos de la ruta, lo que ha sido de nuevo una experiencia vital, conmovedora y emocionante que me termina de marcar, aún más que en Camerún, ya irremediablemente.

Leí que "Mada" fue ocupada solo hace 1.200 años por un grupo indonesios/malayos que recorrió 6.000 km. para llegar allí...aunque fuese de casualidad!. Está en pleno Océano Índico, a solo 416 km. de Mozambique, donde entonces por lo visto no conocían aún la navegación.

Por ello su lengua, el malgache, es más parecida a las del sudeste asiático (Borneo) que a las africanas.
Curioso, no?: es una población afroindonesia. Y se habla más francés que inglés (solo en hoteles, y "regular").  

Es posiblemente ese mestizaje cultural (África/Asia) lo que más te llama la atención, porque objetivamente hemos visto a los malgaches "diferentes" a otros africanos: diría que tienen quizás menos sentido del humor que mozambiqueños o cameruneses, pero el aislamiento puede explicarlo, junto a una mayor influencia francesa que les ha podido conferir un "toque" distinto.

Vimos bastante pobreza, aunque no límite, y en general todo sorprendentemente limpio (calles, pueblos y caminos,...), lo que nos llamó la atención.

Llevan un ritmo más lento (como en cualquier isla) pero tienen un espíritu divertido, aunque quizás no tanto como en Camerún o Mozambique. Eso sí, la expresión local más popular: "Mora Mora" (slowly slowly), que es como en Fiji, donde llaman "Fiji time" a la pachorra: no tengas prisa que la comida no viene en lata jaja. Especial para impacientes.

Como "blancos", si en Camerún éramos "nasaras", en Madagascar "vazahas".

Lémures (el símbolo malgache, un antiguo primate bastante "sociable", que vive en bosques), baobabs, camaleones, tortugas, bosques húmedos, desiertos, grandes arrozales, paisajes geológicos impactantes, lugares irreales de una belleza increíble (como los tsingys), playas más que impresionantes, trekking, snorkel,...Mada ha sido un destino de ensueño.

Es la pura esencia del viajero: no puedo pedir más.

VIDEOS DEL VIAJE


Y cuento mi experiencia completa...

La isla más grande de África y la cuarta mayor del mundo(tras Groenlandia, Nueva Guinea y Borneo, aunque haciendo la trampa de sacar a Australia, que es más un continente...), no se podría visitar ni en 2 meses (es como la península ibérica!): las infames y primitivas carreteras y los escasos aeropuertos dificultan viajar rápido por la isla. Pero aunque hemos estado solo 2 semanas, nos ha parecido un mes porque cada día era tan diferente...que aún sigo procesando algunas experiencias.



Por qué Madagascar es pobre? 

- Bajo la anterior dictadura (Didier Ratsiraka), el gobierno fue muy corrupto y se robó mucha ayuda exterior.
- La economía colonialista de los franceses se basaba en recursos naturales (ganadería, minería y pesca), pero este tipo de actividades no promueven precisamente un crecimiento económico a largo plazo: los recursos se agotan y por tanto no son sostenibles.
- La falta de infraestructura, especialmente carreteras, dificulta a los agricultores comercializar sus productos: por ello la separación de Madagascar del resto del mundo, encarece el comercio. Y es que todo lo que Madagascar produce o quiere comprar de otros países debe ser embarcado por barco o avión. 
- Un débil sistema educativo hace difícil a los jóvenes conseguir trabajo fuera del sector agrícola y muy poca gente en Madagascar tiene acceso a la tecnología o a internet. 
- Finalmente, el deterioro del medio ambiente tampoco ayuda...

La alfabetización se mueve en un entorno del 68 al 80% según regiones. El 70 % de la población vive por debajo del umbral mundial de la pobreza. Cerca de la mitad de los niños de Madagascar, menores de 5 años están desnutridos.

Según UNICEF, los niños y niñas de Madagascar sufren los efectos adversos de una deficiente nutrición, la carencia de hogar, la pérdida de escolarización, la falta de atención médica básica y el escaso o nulo acceso a agua y servicios de saneamiento. Casi la mitad de sus 20 mill. habitantes tiene menos de 14 años.

Gracias a su aislamiento (es una isla bastante "incomunicada"), se dice que Mada es una especie de "arca de Noé" (vegetal y animal), una "cápsula del tiempo" donde la vida fue evolucionando aislada del resto (se separó de África hace 65 mill. años), con variedades que no se encuentran en otros lugares del mundo (un 80% de las especies son endémicas, algo único en el mundo). Un país ENORME y sorprendente con una tremenda variedad de paisajes y ecosistemas aunque con un grave problema de deforestación: es bastante común talar o quemar bosques para disponer de pastos, una costumbre prohibida pero muy "popular" aún (se prefiere un espacio de cultivo...), y que provoca tanto inundaciones como sequías.


Los Baobabs, esos árboles panzudos y gigantes tan icónicos de Mada, que parece que crecen boca abajo, se consideran falsamente árboles africanos (África solo tiene un tipo, Australia dos y Mada siete!) y se usan en la vida cotidiana: la corteza para techos y cuerdas, las hojas para medicinas, su fruto para zumos y sus semillas para aceite de cocinar. Los cactus gigantes como árboles eran también impresionantes.

Pero vamos al lío, porque hemos vuelto algo más impactados que en otros viajes....

Todavía huelo a vainilla.

Llegar allí no es barato (no hay ofertas para un destino tan alejado como poco convencional), aunque luego vivir sea MUY asequible para el europeo. La moneda oficial es el "ariary" (10.000 ar = 2,7 eur). Todavía no ha sido tocada por un turismo de masas y la gente es amable y hospitalaria. Solo una hora de diferencia horaria con España, perfecto esquema anti-jet-lag. 

No apto para todos los públicos, igual que Camerún, Mada es claramente un destino que un viajero emocional siempre debe tener siempre en agenda.

Ésta era la tercera vez que nos habíamos planteado ir (antes, en 2009 y 2012) y me decidí porque ahora la situación política y social está ya mucho más calmada. El no ser franceses ni italianos de verdad creo que nos ha ayudado, aunque el idioma sí ha sido un pequeño handicap a veces.



En cuanto a la comida, como siempre en el Africa negra, el arroz es el alimento base, solo o combinado con verduras, pollo, pecascado o cebú, y es que la carne de vacuno más consumida es el cebú, y el pescado y el delicioso marisco en la costa es ciertamente muy asequible. Las cervezas, de 650 ml., a unos 0,7 eur. Vinos, de todo tipo, bien servidos y baratos.




Bebimos vinos malgaches!. Los blancos, ricos, pero algún tinto... sabía demasiado a canela.


Vimos que muchos viven aún anclados en el tiempo y la cultura malgache tiene maneras muy diferentes a las nuestras. El respeto y el tacto son pilares básicos. Un 45% son católicos (cristianos/ protestantes 50/50), 10% musulmanes y el resto practica religiones tradicionales basadas en el culto a los muertos.
Muchos viven del trueque, de la pesca e incluso gestionan las reservas y parques naturales con las entradas que pagamos los (pocos) turistas que les visitamos. Con una esperanza de vida de 60 años, la media de hijos por mujer es superior a cinco...

Me costó poco decidir el itinerario porque afortunadamente hay viajeros con Blogs de Mada y agencias, locales y europeas, que recomiendan algunos circuitos básicos: no queríamos complicarnos el viaje para solo 2 semanas y había que buscar un mix, siendo muy conscientes de que nos dejamos en el centro y sur muchas cosas, posiblemente más interesantes... pero hubiera sido un viaje algo "agotador" y poco aprovechado...

El ir a Madagascar -más allá de adentrarnos un poco en un país tan alucinante- se fundamentaba en el actual (mejor) clima político y social, pero también por ser temporada seca (no nos llovió ningún día y con temperaturas entre 21 y 28 grados, salvo en la fría capital), prácticamente sin mosquitos (bien!) y también por ser temporada baja: muy importante, íbamos a visitar el Norte y también Nosy Be e islas satélites, y en Agosto/Septiembre al parecer va bastante italiano (socorro!). Desde hace algunos años, invadieron el mercado turístico de Nosy Be y fletan charters directos desde algunas ciudades italianas, aunque afortunadamente esta zaona todavía es paradisíaca y está poco explotada. Por ello, en algunos hoteles y restaurantes, ni francés ni inglés: italiano!. Increíble.

Debo decir que las experiencias con tortugas han sido apoteósicas...



No busco nunca un destino de "solo playa", aunque me gusten mucho las actividades marinas, sino lugares perdidos que ofrezcan algo más: naturaleza y contacto con otras culturas.

Madagascar da para muchos viajes, pero con tiempo de sobra (hablo de un mes "mínimo")


Los amaneceres y puestas de sol, al estar tan cerca del Trópico de Capricornio, han sido posiblemente las más bonitas que hemos visto jamás, lo cual es mucho decir. Muy especial.


El viaje hasta allí, fácil aunque con el vuelo algo caro: un Bilbao-Paris-Antananarivo (10 horas el trayecto largo) con Air France, y luego solo 2 vuelos internos de 1,5h. con Air Madagascar: un Antananarivo-Diego Suarez y un Nosy Be-Antananarivo.

Ha tenido claramente 4 etapas:
- recorrido en coche por el norte(6D-5N, una gozada, unos 650 km),
- estancia en la isla de Nosy Be (6D-6N, a 45 km de Mada),
- 3D-2N en Nosy Iranja, una isla satélite de Nosy Be a 1,5h. en lancha, que nos ha impresionado.... mucho!, lo cual a estas alturas no nos hace sino recuperar la fe en los paraísos perdidos; todavía quedan! y están a tiro.
- Luego, la última tarde-noche en Antananarivo, la capital, nos gustó contra todo pronóstico.

La salida de Bilbao fue muy precipitada y nos puso a prueba: vuelo con Air France BIO-PAR CDG cancelado 12 horas antes, sustituído in-extremis por un Biarritz-Paris Orly. Alquiler de coche en aeropuerto de Bilbao, noche de hotel en Biarritz, traslado en bus Orly-CDG, un bulto sospechoso en CDG que explosionaron y oímos de muy cerca "con los oídos tapados"...en fin, hasta que no llegamos en avión a Diego Suarez (norte de Mada) no respiramos tranquilos: leímos además que Air Madagascar no era muy fiable, con frecuentes demoras y cancelaciones. Pero al final todo salió muy bien, conforme a lo previsto, y ello a pesar de todo lo que nos hemos movido...que ha sido mucho!.
No hay vacunas obligatorias, aunque estamos ya vacunados de todo y solo tomamos para el cólera y el consabido fucking Malarone, por si aca.

Tras una decepcionante propuesta de la agencia Indigobe (con quien tenía planeado viajar), tanto por precio como por enfoque, decidimos recorrer el norte a través de VISIT MADA TOURS (http://www.madagascar-tour.com/), un competente tour-operador local que encontré por internet y que nos hizo todo muy fácil y a un precio ajustado y razonable, por lo que debo recomendarles. El precio incluía 6 días con 5 noches de hotel (4 hoteles) con desayuno, excursiones, entradas a las reservas y parques nacionales, 4x4, gasolina, traslado a Nosy Be, muy completo. 

La primera noche en ANTANANARIVO ("Tana"), la capital, fue reparadora; llegamos tarde (12h. noche, y hacía frío: 8 grados), sacamos el visado (25 eur c/u) y cambiamos moneda lo primero.

Sorteados los voraces "maleteros", nos fuimos en un taxi ya reservado al Hotel Grace House, por solo 40 eur la noche los tres, limpio y con un desayuno fantástico, reservado con Agoda, con wifi y a 10 min. del aeropuerto. Muy conveniente. Allí se presentó por la mañana Benjamin Reveloarimanana, el simpático dueño de la agencia local para que le pagase en mano el resto del tour contratado antes de volver al aeropuerto y subir al Norte. Aproveché para reiterarle algunos tips para el guía que nos esperaba en el norte. Todo fácil y buen rollo.

DIEGO SUAREZ (Antsiranana)
En el aeropuerto nos esperaba un enorme 4x4 pero con, en vez de uno, dos guías (malgaches), lo cual no entendimos muy bien: el conductor (Sheal, solo hablaba francés aunque entendía algo de inglés, muy buen conductor, serio y fiable) y Erick, el "guía" de verdad, copiloto, con un inglés razonable y algún problemilla de próstata... jeje.  En Antsiranana (Diego Suarez en malgache), en la punta norte de la isla, comenzaba la aventura (aún no nos lo dábamos de creído). 6 días con ellos en los que paramos cuando y donde quisimos. 

De Diego Suarez dicen que es la tercera bahía más grande el mundo, y es el punto de partida para muchos lugares de la costa norte, entre ellos el maravilloso Mar Esmeralda, un espacio paradisíaco con un color imposible y atolones de arena blanca, aunque a la vez algo peligroso cuando el viento arrecia por la tarde...


Dos noches en D.S, en un buen hotel, muy céntrico, el Grand Hotel Diego (http://www.grand-hotel-diego.com/en/), y excelentes desayunos como siempre en el pais (aunque haya que enseñarles con el movil una foto con dos huevos fritos para que sepan lo que quieres: two eggs, sunny-side-up, double sized,...les da lo mismo, te traen fucking omelettes!!, jaja, flipaban cuando veían la foto, unas risas...pero desayunamos huevos en todos los sitios!!: es la primera vez que hemos hecho lo de la foto y qué pena no haberlo hecho antes, demasiadas tortillas).


La ciudad, pequeña, mostraba una decadente arquitectura colonial y bastantes garitos en plan La Habana, con soportales en las calles y edificios históricos abandonados.

Vimos templos hindúes, mezquitas e iglesias, todo en armonía. Nos gustó mucho la verdad, e íbamos a nuestro aire (el coche solo de día, para las excursiones, liberando así a los dos guías a nuestra disposición). Cenamos muy bien las dos noches, con vino blanco (había malgache, francés y sudafricano) a muy buen precio. Un tipo vasco-francés tenía en DS una taberna con una ikurriña y con carteles de plazas de toros españolas. Surrealista.






Llamaba la atención, en lo que vimos de Mada, no solo la presencia de los famosos tuk-tuk amarillos (perfectos para tres personas), sino de los Renault 4L, que están por todos los sitios, muchos de ellos como taxis. Curioso...



El día de la llegada fuimos a recorrer de seguido la costa de LAS TRES BAHIAS, con playas de arena blanca, poblados junto a la carretera, más baobabs, unas vistas impresionantes de Nosy Lonjo (que parecía el famoso "Pan de Azúcar"), cruzando por poblados y antiguos cuarteles militares franceses, con cañones, bunkers y un faro precioso. Comimos en la playa de RAMENA, un pequeño poblado de pescadores, que nos recordó a la playa de El Nido en Filipinas, con los barcos en su orilla. Muy auténtico. Y ni un solo turista...













Desde  la playa de RAMENA (a 18 km. de Diego) fuimos a hacer un excursión por el MAR ESMERALDA, solos, en una goleta tradicional algo desvencijada pero muy rápida. Salvo en la isla de Providencia (Colombia) nunca habíamos visto un color turquesa semejante y enseguida vimos que las fotos en internet NO tenían photoshop. Una enorme laguna verde, más bonita sin gafas de sol, protegida por una barrera coralina. Ni en Polinesia hemos visto nada semejante.




Los "marineros" eran de la etnia sakalava y nos dejaron -pasando la península de Babaomby- en una isla deshabitada y protegida (Nosy Suarez) donde nos asaron un surtido de pescados recién capturados, regados con mojitos y cervezas. La temperatura del agua, perfecta y el lugar, para quedarse a vivir. El regreso a Ramena lo hicimos con olas en medio de un fuerte viento ya que, como en todo Madagascar, por la tarde el mar se encrespa un poco. Una gozada, pero con respeto ufff.










Al día siguiente salimos hacia el PARQUE NACIONAL DE LA MONTAÑA DE AMBAR (Mountain d'Ambre Park) que fue el 1er parque nacional de Mada (en 1.958). Muy interesante. Como siempre, los trayectos por carretera son todo un espectáculo. Yo no quito nunca ojo, es hipnótico. Los inmensos campos de arroz eran auténticas postales. Hicimos varias paradas para ver camaleones junto a la misma carretera. Sensacional. 


Y empezaron ya las primeras entregas de ropa y juguetes en poblados...lo mejor del viaje. La "maleta solidaria" empezaba así a usarse y a bajar de peso...




La carretera era siempre sorprendente...





El norte de Mada es más árido que el sur, y este Parque Nacional fue refrescante: un bosque húmedo, un jardín tropical a 1.000m de altura. Hicimos un trekking de unas 3 horas y vimos que se trataba de un paraíso botánico y lleno de especies animales. Vimos monos pequeños, lémures, lagartos, el camaleón más pequeño del mundo (como una uña, increíble!), visitamos lagos volcánicos y una cascada espectacular. Una bocanada de aire fresco y una naturaleza extrema, a la altura de la mejor Costa Rica.


A la entrada del parque, acababan de descuartizar un jabalí y lo estaban vendiendo...










Después visitamos JOFFREVILLE (Ambohitra), un bonito pueblo donde comimos y fuimos después a un colegio con un montón de niños, donde nos recibieron dos monjas que debieron de flipar con todo lo que les dimos, no tanto por la cantidad, que también, como por el hecho en sí: no es habitual la entrega directa. 
Material escolar y de higiene y un balón de cuero blanco a estrenar: si les veis intentando buscar una bomba y la expectación...Nos pasaron por cuatro clases y todos los niños (muy pequeños: 4-10 años) -ya avisados- nos recibían en voz alta: "Bonjour Monsieur, Bonjour Madame, Bonjour Mlle", bajo la orgullosa mirada de las profesoras. Había expectación, pero no sabían que nosotros estábamos igual de emocionados. 


















El hotel Nature Lodge, junto al Parque, resultó ciertamente espectacular (http://www.naturelodge-ambre.com/en/), con unas preciosas cabañas de madera con vistas a un valle y el mar a lo lejos (solo estábamos 40km al sur de DS). De aire colonial, nos metió todavía más en el viaje, cenamos de lujo (y tan barato!); al día siguiente nos esperaba otro pelotazo.

















Salimos muy pronto rumbo a los TSINGYS ROJOS DE IRODO, una maravilla de la naturaleza, una Reserva Natural protegida: fondos marinos que han ido eclosionando por la erosión, viento y lluvia. Son una de las joyas de Mada, un paisaje sobrenatural y único en el mundo. Vimos varios e incluso pudimos "bajar" a uno de los 4 conjuntos. Tremendo, eran una especie de pináculos, sierras o formas dentadas en un marco de ciencia ficción, tan rojo y salvaje.















Hicimos más paradas, siempre en los poblados más pobres como pedimos a los guías. Muy intenso, pero gratificante hasta infinito.











En ruta paramos a comprar un zafiro azul en un poblado de carretera, "asesorados" en todo momento por nuestros guías para traducir y evitar engaños. Toda una experiencia, rodeados de muchos vendedores poniéndonos en la mano las piedras con una linterna para comprobar su pureza. En la actualidad Mada es la fuente de casi el 50% del total de zafiros del mundo.





La noche la pasamos en el hotel más flojo del viaje, aún decente: Ankarana Lodge (www.ankarana-lodge.com), con una piscina que no usamos (increíble, estando donde estaba). Los ciempiés del suelo y demás bichos en habitación y fuera de ella, hicieron de las mosquiteras una apuesta claramente defensiva jaja.

Al dia siguiente tocaba el PARQUE NACIONAL DE ANKARANA, una de las joyas del norte de la isla, a 110 km de DS, un bosque tropical seco lleno de lianas y orquídeas, junto a un macizo de formación calcárea. 

Un paraíso para amantes de la naturaleza; nos dijeron que había más de 10 tipos distintos de lémures, 90 de pájaros, 60 de reptiles y más de 6 de murciélagos (el más pequeño y el más grande del mundo), nos cruzamos con una serpiente y en fin, para qué quieres más!. Un jardín del Edén. Y, al lado, tras un trekking de más de 1,5h., nos encontramos con una red de cuevas, ríos subterráneos y cañones, rodeada de bosques, secos y verdes: los TSINGYS GRISES DE BERMARANHA, absolutamente increíbles, bajo un sol de espanto.

Costó llegar pero nada podía merecer más la pena cuando por fin llegamos a los dos puentes colgantes. Sin palabras. Flipamos al contemplar la vista...












Seguimos por medio de plantaciones de canela, cacao, café, clavo, vainilla e ylang-ylang. Y paramos en un pueblo, AMBILOBE, para visitar su mercado por la tarde: un hervidero. Reconozco que me seducen ese tipo de sitios...los olores son tremendos y la gente te mira incrédula...pero eran todos tan simpáticos.
Paramos, cerca ya de Ankify, en una enorme plantación de cacao, vainilla, azafrán, café, ylang-ylang. Compramos un montón de saquitos de especias...



















En ANKIFY fuimos a un hotel precioso en un acantilado con vistas al mar (http://www.ankifylodge.com/) y una habitación realmente increíble, pero donde se había estropeado el agua (ducha con cubos!) y también con algunos "visitantes" nocturnos de diverso tipo, así que la mosquitera resultaba igualmente básica. Una puesta de sol de lujo.


  




Al día siguiente, tras un buen desayuno (algo que todos los hoteles tenían incluído) salimos hacia el embarcadero para tomar una lancha rápida privada (15 km, 40 min.) y llegar a Hell Ville, la capital de Nosy Be. Dos extraños controles de pasaporte (fijándose en los sellos de otros países visitados, muy curioso!) en medio del clásico descontrol portuario (donde uno está mirando a todos los sitios permanentemente) mientras nos despedíamos de nuestros guías, que nos dejaban ya a nuestra suerte. Dió pena...

Para entonces ya habíamos repartido todo el grueso de la maleta solidaria. Paramos en 5 sitios en total a repartir ropa y juguetes, más el colegio en Joffreville, lo que resultó una experiencia intensa, pues deliberadamente lo hicimos en los poblados más pobres.
La ayuda del guía-chofer, Sheal, fue tremenda, controlando las tallas de la ropa y seleccionando familias y niños con aparente mayor necesidad y sobre todo ayudándonos con el idioma. Resultó todo tan emocionante y gratificante que lo recordaremos para siempre...

Al llegar al puerto de Hell-Ville, un par de maleteros nos sacaron de la lancha nuestras pesadas maletas y se las cargaron a la espalda sin mediar palabra. Típico; negociar el precio del taxi vino después, pero ya sabíamos el percal y todo "mora mora" jaja, A pesar de ser "precios vazaha" (como todo), resultaba muy barato.





NOSY BE (que significa isla grande), fue el merecido descanso tras la caña de los 6 días anteriores.

Le llaman la "isla del perfume" y está rodeada a su vez de varias islas y archipiélagos más pequeños. Es la más grande de Mada, de 24x20 km. El viaje en lancha desde Ankify a Hell Ville nos fue introduciendo en lo que íbamos a ver: las islas nos recordaban bastante a Polinesia y a El Nido en Filipinas.



Posiblemente el destino "más caro" de Mada, pero asequible para el europeo, que afortunadamente no viene en masa a pesar de aquí dicen que están los mejores hoteles del país.

Sigue siendo un paraíso casi virgen (aguas cristalinas y sin algas) cuyos habitantes viven básicamente de la pesca y del cultivo del ylang-ylang, una planta local muy extendida que se destila para hacer perfumes como el Channel nº 5, y que da olor a toda la isla, junto con la vainilla.
Aquí los planes iban a ser hacer excursiones todos los días, estando en tres hoteles diferentes. No visitamos la (recomendable) Reserva Natural de Lokobe porque creímos haber visto ya suficiente naturaleza "terrestre", y ya tocaba marina.



El 1er hotel, reservado con Booking, inaugurado en 2010, era una gozada: Vanila Hotel Spa (http://vanila-hotel.com/es/), en la playa de Orangea, a 17km al norte de Hell Ville, y considerado como uno de los mejores de todo Mada, justo frente a Nosy Sakatia con unas puestas de sol "acongojantes".

Excelentes críticas en Tripadvisor. Apenas había clientes. La comida era excelente y, aunque la playa no era la mejor del mundo (nos recordó a la de Vilanculos en Mozambique), nos dió mucho juego. La habitación, enorme y hasta con nevera (un lujo!, para meter el Martini y el Ron que siempre llevamos en cantimploras) estaba en 1ª linea. Me da que nos hicieron algún tipo de upgrade...







Nos dimos un masaje, y alquilamos un coche (pa'flipar!) conscientes de que había bastantes controles policiales en la isla y de que muchos turistas pagaban una mordida por nada. Nos arriesgamos pero nunca nos dieron "el alto" mientras que a otros sí les paraban (luego nos dijeron en el hotel que fue porque la policía conocía al dueño de nuestro coche...juasss). 


Aunque lo pedí a través del hotel, creo que éste se desentendió y llamaron a un local que vino a las 9am y que no hablaba más que malgache. No me pidió ni pasaporte ni carnet de conducir, ni firmar nada...y con los dedos me dijo que lo devolviera a las 8pm. A la entrega le pagué los 30 eur pactados (que allí es mucho!) y solo le eché 6 litros (6 eur) para unos 70km. Increíble, todo el rato con el piloto del aceite encendido y la temperatura al máximo y parpadeando, pensábamos que nos iba a dejar tirados...tampoco se podía abrir el capó...pero no pasó nada y recorrimos gran parte de Nosy Be: subimos a Mont Passot a ver unas vistas alucinantes de la costa y unos lagos sagrados, visitamos y comimos en la playa de Andilana, preciosa, sin duda la mejor de Nosy Be, parecía Fernando de Norohna, en Brasil, y que nos regaló una preciosa puesta de sol.








Paramos también en algunos mercados de carretera y en pueblos como DZAMANDZAR, muy animado de noche, sin apenas luz, a donde volvimos otro día en tuk-tuk (2 euros desde el hotel) y comimos con una navaja un trozo de longaniza -que siempre llevamos- sentados al lado de un bar...terminamos ofreciendo trozos a unas señoras que estaban fuera, y que les encantó jaja.



     


También fuimos a la bulliciosa HELL VILLE (nada que ver con un "infierno": el nombre es por un almirante llamado Louis de Hell), donde visitamos el famoso Mercado Central, un hervidero de colores y olores (uffff) y compramos en algunas tiendas de artesanía, además de tomar unas cuantas cervezas gigantes.
Edificios coloniales y mucho movimiento, sobre todo por la noche. Repetimos otro día Hell Ville para cenar en la terraza de un restaurante colonial, L'Oasis, unos platos deliciosos y bastante picantes. Fuimos también a un bar llamado Nandipo, un lugar grande y muy curioso, con dueño español (que no estaba), lleno de fotos de la guerra civil en Cataluña y todo el techo forrado de cartones de cajas de vino. Buena música, pizzas y wifi, increible!!














Pero la verdadera razón de estar en Nosy Be era visitar sus islas "satélites".  Las mareas eran muy extremas y, cuando estaban bajas, te podías adentrar en el mar hasta que la media-vuelta la hacías ya casi por una especie de cautela...

Empezamos por NOSY SAKATIA. Excursión en lancha de día entero y uno de los momentos cumbres del viaje: un paseo por la isla, visitando 3 o 4 poblados, y comida  en una playa desierta, preparada allí mismo. Un buen snorkel previo al contacto con enormes tortugas marinas, con las que pudimos nadar: esto solo lo hemos podido hacer en Brasil (F. Noronha), solo que en esta ocasión, el tamaño era descomunal. Una experiencia sublime, muy emocionante y respetuosa, más aún por el hecho de que no hubiese gente...porque si esto fuese un circo no me daría buen rollo.












Pero faltaba otro momento álgido del viaje (entregas de ropa, aparte); pasar 3D-2N en NOSY IRANJA, una isla alejada de Nosy Be donde solo hay un hotel con 7 cabañas, pegado a un poblado, y que pertenecía al otro hotel (foto) donde estuvimos en Nosy Be, 1N antes y 2N después de Nosy Iranja: Le Zahir (http://www.lezahir-lodge-nosybe.com/en/). Fue un buen hotel, aunque la playa, bueno, sin más.







El hotel de Nosy Iranja era una "sucursal" (http://www.lezahir-lodge-nosybe.com/en/le-zahir-a-nosy-iranja.htm) del hotel Le Zahir, regentado por italianos. A Nosy Iranja lo normal es ir a pasar solo 3 horas en un viaje en lancha demasiado largo (casi 2 horas/trayecto). Por eso va tan poca gente, y menos a dormir.
Solo llevamos una maleta (la otra la dejamos en el hotel de Nosy Be). Hicimos una paradita de camino para ver una enorme roca en medio de la nada. La aproximación a Nosy Iranja nos emocionaba por momentos... y pudimos ver algunas tortugas casi llegando. La lancha nos dejó en el medio de la arena, y vino un carro, arrastrado por cebú, a por ella.











Me planteé pasar dos noches allí tras ver fotos y testimonios en internet, y el acierto fue tan mayúsculo que nos hubiésemos tirado de los pelos si no nos hubiésemos podido quedar más tiempo: posiblemente, entre todos los lugares del mundo que hemos visitado hasta ahora, sea el sitio más espectacular de todos, con una arena blanca que creo solo podría superar Hyams Beach, en Jervis Bay, Australia.







Métase en una cocktelera un poco de Fiji, Bora Bora, Maldivas, Seychelles y Los Roques, agítese y luego échese unas gotitas de la isla colombiana de Providencia, et voilá: Nosy Iranja, un entorno apabullante, divisando cerca la isla de Madagascar, un capricho de la naturaleza: dos islas (la nuestra, Nosy Iranja Be, de 300 ha, y la otra, Nosy Iranja Kely, selvática, de solo 13 ha y con un precioso hotel cerrado por mantenimiento hace 5 años pero que no parecía estar abandonado) quedan unidas en marea baja por una lengua de fina arena blanca de 1,5km. Impresionante es poco decir, y aún estamos "viviendo" allí.












Un lugareño nos ofreció ver tortugas en la isla pequeña, pero no nos imaginábamos lo que estábamos a punto de ver, porque en una playa escondida a la que nos llevó cruzando el hotel "abandonado" no podíamos creer lo que vimos: muchos montones de arena, cerca ya de la zona vegetal, precedidos de enormes marcas en la arena de tortugas que habían ido alguna noche a desovar, y con unos carteles cutres con la fecha de la puesta donde, tras dos meses, salen las "baby turtles".
Pues bien, el tío se pone a retirar arena en uno de los montones (yo estaba confundido porque no me parecía buena idea...) y en 1 minuto empezaron a salir de allí unas 50 tortuguitas, que pudimos "escoltar" convenientemente de manera que ningún pájaro ni cangrejo desayunó tortuga, ese día al menos.

Fue muy excitante verlas, tan pequeñas y ligeras, buscando la orilla del mar, una experiencia única e irrepetible que nos terminó emocionando "mucho".










Estas tortugas inician épicas migraciones tras eclosionar y después vuelven al sitio exacto en el que nacieron para aparearse y poner sus propios huevos, algo que siempre ha intrigado a los expertos. Solo se sabe que las tortugas, al igual que otros muchos animales, se orientan gracias a líneas invisibles del campo magnético para volver al punto exacto en el que comenzó su aventura: cada zona de la costa tiene su propia firma magnética, que los animales recuerdan y utilizan después como su brújula particular. Flipante, no?.


La estancia en Nosy Iranja fue un lujo y nos dió mucha pena marchar. Hicimos algunas compras en el poblado y regalamos lo poco que nos quedaba ya.

El resto de la estancia en Nosy Be, nos permitió volver a Hell Ville otra noche, y hacer al día siguiente otro island-hoping "obligatorio": NOSY KOMBA y NOSY TANIKELY, islas espectaculares aunque el listón bajó lógicamente bastante.

En NOSY KOMBA, la más montañosa, visitamos el poblado sakalava de Ampangorina, lleno de talleres y tiendas de artesanía local pero quizás demasiado enfocado al turismo, si se puede decir así. Vimos más lémures, tortugas gigantes (no tanto como las de Seychelles), camaleones y hasta una boa...

Otro "animal" que vimos fue una señora (francesa) que en la playa dio a un niño de unos 8 años un billete de 10.000 ariarys por una foto con él. Raro en nosotros, no nos aguantamos y le dijimos que había sido un error y que nos había parecido fatal. Quizá son sus padres quienes le dicen que pida dinero...pero pagar por eso es muy poco responsable.














NOSY TANIKELY, mucho más pequeña, una joyita, era Reserva de la Biosfera por la Unesco. Buen snorkel y un faro precioso con unas vistas inmensas.  Coincidimos con algunas lanchas más de Nosy Be y la verdad es que nos pareció que había "demasiada" gente...aunque estábamos acostumbrados a no ver casi a nadie...














El último día lo pasamos en Nosy Be en la playa del Hotel Le Zahir (que resultó ser un buen hotel) y pudimos dejar tarde la habitación para salir con las maletas al minúsculo aeropuerto y tomar el vuelo a Tana, que salió "en hora" y nos permitió volver a ver, desde un cielo despejado, la espectacular ortografía de Mada, sus ríos y sus altas montañas, teñidas de rojo...





Agur Nosy Be!



ANTANANARIVO ("TANA"), la capital.


Al llegar a Madagascar practicamente no vimos Tana porque fue aeropuerto-hotel-aeropuerto, pero el último día tuvimos la oportunidad de recorrerla en furgo con un guia/chófer full-time (de Visit Mada Tours) durante 8 horas. 40 eur me pareció barato y un puntazo. Tana (2,5 mill. hab.) está a 1.300m de altitud y por la noche la temperatura llegaba a 8-9 grados, pero ya estábamos preparados.


No me corté y pedimos recorrer los (pocos) sitios recomendados por Lonely Planet y así poder "acertar" (¿para qué íbamos a improvisar en una capital africana?). Visitamos el larguísimo Mercado de Atesania de La Digue (la feria de artesanía más grande de Mada y uno de los mercados más grandes de África), con un regateo brutal (40% s/precio inicial). Últimas compras.

Visitamos la Rova de Mankjakamiadana (el Palacio de la Reina) desde lo alto de la colina de Analamanga, unas vistas imponentes de la ciudad con una puesta de sol preciosa. Nos dio tiempo a tomar algo en el recomendable Buffet Du Jardin y por la noche cenamos en un restaurante precioso (con velas y pianista) dentro de la restaurada antigua Estación de Soarano. Los únicos gin-tonics del viaje, jaja, en un "disco-pub" con un camarero gay y un mural de Che Guevara y terminamos en un local alucinante de música en directo, donde sí vimos algún expat, y en el que no pudimos parar de bailar apurando cervezas antes de salir al aeropuerto...










Tana resultó al final menos peligrosa de lo que pensábamos, aunque ir en coche y de noche por sus calles daba algo respeto, con tan poca luz... pero nos pudimos hacer a la idea de por qué dicen que no es muy recomendable (mucha oscuridad, "putes", atracos,...). Le sacamos chispas.


El vuelo de vuelta era a las dos de la mañana: la mejor opción para un aprovechamiento máximo. Cambiar en el aeropuerto los ariaris que sobraron, y un segundo y durillo control "militar" de nuevo para el equipaje mano en la misma escalerilla del avión, nos dejó desconcertados en la pista. Caras muy serias.
Como siempre tomé una dormidina 1 hora antes y no me enteré ni del despegue: 9 horas "sopa" y ni tiempo para ver una peli. En Paris CDG, escala de 4 horas que sí se nos hizo algo larga, y para las 6 de la tarde (domingo 10/Julio) estábamos ya en casa. 

Un viaje de aventura, solidario y muy especial, aunque ya no puedo decir que "irrepetible" porque estoy ya con el radar buscando conceptos algo similares y sabemos seguro que -como Mada- existen otros lugares remotos parecidos (aunque por suerte nunca iguales) que conseguiremos localizar...





Un paraíso natural lleno de contrastes con una de las biodiversidades más increíbles del mundo (casi todos los años encuentran una especie nueva) y una cultura muy interesante. Si a todo esto le sumas poquísimo turismo, estamos ante nuestra ecuación favorita.
El haber nadado junto a tortugas gigantes y el haberlas visto nacer en una playa desierta, son recuerdos grabados a fuego en el cerebro.

16 días para una aventura que no vamos a olvidar nunca. Un viaje cañón, de los que enganchan. Hemos vuelto con las pilas muy cargadas y definitivamente es el tipo de viaje que más nos pone: no tengo ninguna duda de que Mada lidera el podium de los 5 viajes a África realizados, y uno de los países más extraordinarios que he visitado.

Al final, aún consciente de que hemos visto poco del país, y en una zona además más "abierta" al mundo, nos ha parecido un país seguro y no hemos visto nada raro. Por ello debiera de recomendarlo fervientemente pero, para que siga tan virgen y alejado de influencias externas, creo que debiera decir justo lo contrario...


Pensando ya en el viaje a Chiapas estas Navidades, un recorrido de 12 días en coche de alquiler, hasta terminar en el sur de Yucatán, y que pinta formidable.

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